El PSG hizo valer su localía y dejó en el camino al Arsenal, asegurando su lugar en la gran final de la UEFA Champions League tras imponerse 2-1 en el partido de vuelta, para un global de 3-1. Ahora se medirá ante el Inter de Milán el próximo 31 de mayo en Múnich, Alemania.
El conjunto dirigido por Luis Enrique logró sobreponerse a un inicio complicado, donde fue presionado intensamente por el rival, y mostró carácter para adueñarse del juego en los momentos clave.
Obligado a ganar en condición de visitante, el Arsenal salió con ímpetu en busca del protagonismo y, en los primeros cuatro minutos, generó dos ocasiones claras en el área chica. Primero, Declan Rice cabeceó cerca del poste, y luego Gabriel Martinelli obligó a una notable atajada de Gianluigi Donnarumma.
A los siete minutos, el arquero italiano volvió a lucirse con una gran intervención ante un potente disparo de Martin Ødegaard que tenía destino de gol. Con astucia, Donnarumma pidió asistencia médica por una molestia, lo que ayudó a enfriar el ritmo de los ingleses. Aunque el Arsenal siguió dominando la posesión, ya no generaba el mismo peligro frente al arco rival.
La primera oportunidad del PSG llegó con un disparo lejano de Khvicha Kvaratskhelia que pegó en el palo, rozando el primer tanto para los franceses. Con el paso de los minutos, el equipo londinense fue perdiendo claridad, mientras que los parisinos ganaban en confianza.
A los 27 minutos, el encuentro cambió de rumbo cuando Fabián Ruiz, tras un rebote en el borde del área, controló con el pecho y conectó una volea impresionante que abrió el marcador. Poco después, PSG estuvo cerca de ampliar la ventaja en un contragolpe, pero Declan Rice logró cortar lo que parecía un gol seguro de Bradley Barcola.
El Arsenal intentó hacer daño por los costados, pero se topó con una defensa muy sólida, comandada por Marquinhos y Willian Pacho, mientras que los locales esperaban con paciencia para explotar su velocidad en las transiciones, con Barcola y Doué como principales armas.
La presión inicial de los Gunners, que llegaron a tener más del 70% de posesión, fue disipándose con el paso del tiempo y el PSG no volvió a sufrir hasta el descanso.
En la segunda mitad, el panorama no cambió demasiado. Arsenal lucía ansioso y solo lograba acercarse mediante centros que eran bien despejados por la defensa local.
A los 63, Bukayo Saka generó una gran acción individual que terminó con otra tapada espectacular de Donnarumma, quien evitó el empate con una estirada magistral.
Pero apenas dos minutos después, el encuentro volvió a dar un giro. Un disparo de Hakimi rebotó en el brazo de Myles Lewis-Skelly y, tras revisión del VAR, el árbitro cobró penal. Vitinha fue el encargado de ejecutar, pero su remate, débil y predecible, fue contenido por David Raya, que mantuvo a su equipo con vida.
Lejos de venirse abajo tras el penal fallado, el PSG reaccionó con fuerza. Al minuto 72, Kvaratskhelia inició una jugada por izquierda y asistió a Hakimi, quien se combinó con Dembélé y definió con un disparo potente que dejó sin chances a Raya.
Parecía que el 2-0 sentenciaba la serie, pero el Arsenal respondió de inmediato. Leandro Trossard peleó una pelota por la banda izquierda, su centro se desvió, y Saka apareció para marcar el 2-1 que reavivaba la esperanza visitante.
A los 79, el equipo inglés tuvo su gran oportunidad para empatar el partido y acortar la serie: Calafiori mandó un centro peligroso que Donnarumma no logró controlar del todo, pero Saka, sorprendido, no pudo aprovechar el rebote y su remate se fue alto.
Con el reloj como aliado, el PSG resistió los últimos embates de un Arsenal desesperado, que no supo definir con claridad en los momentos decisivos.
El silbatazo final desató la celebración en el Parque de los Príncipes: París jugará la final de la Champions League frente al Inter de Milán el 31 de mayo en Múnich.
