El triunfazo del FC Barcelona por 4-3 sobre el Real Madrid quedó en cierta manera opacado por dos graves “errores arbitrales” (por llamarlos de alguna manera) del árbitro Hernández Hernández, cuya conducta fue tan sospechosa, que podría ser denunciado en la justicia ordinaria.

Y es que a los 79 minutos, con el 4-3 que todavía prometía más goles, un remate claro de Ferran Torres en el área del Real Madrid fue evitado por una mano aún más claro de Aurélien Tchouaméni. Era penal y expulsión del francés. Ante el inmediato reclamo de los jugadores del Barcelona, el árbitro Hernández Hernández enseguida hizo el gesto de que el brazo de Tchouaméni estaba pegado al cuerpo.

Como era escandaloso, se tuvo que parar el juego para que el juez revise la jugada en el VAR, pero nada hizo efecto. No quiso cobrar el penal. Mismo en AS, el exarbitro Iturralde, le dio la razón a su colega ya que consideraba que la mano “era natural”, cuando está clarísimo en la acción que Tchouaméni extendió el brazo para atajar él el remate de Ferran Torres, que tenía como destino el gol.

Tras semejante atraco, Hernández Hernández fue por más y le anuló el quinto gol del Barcelona a Fermín López por una mano insignificante, que no incidió en el posterior gol. La liga española una vez más, manchada por evidentes actos de corrupción donde, vaya cosa, el beneficiado es el Real Madrid.