El Leganés se sumó a Las Palmas al infligirle al FC Barcelona su segunda derrota consecutiva en el estadio Olímpico de Montjuïc, protagonizando una sorprendente racha en LaLiga. El conjunto azulgrana, que lidera la tabla empatado a puntos con el Atlético de Madrid y apenas un punto por delante del Real Madrid (con un partido más), ha conseguido solo 5 de los últimos 18 puntos en juego. Un solitario gol de Sergio González, marcado en los primeros minutos del encuentro, bastó para que el Leganés asaltara Montjuïc y dejara al Barça, una vez más, irreconocible.
Mientras el Atlético encadena seis victorias seguidas y se suma con fuerza a la lucha por el título, el Barcelona afrontaba este partido con una tranquilidad quizás excesiva. El Leganés, históricamente derrotado en sus visitas a Barcelona y situado solo un punto por encima del descenso, no parecía un rival de cuidado. La caída del Real Madrid ante el Rayo Vallecano en Vallecas había desatado una euforia en el entorno azulgrana… una euforia que pronto se transformó en susto, luego en nervios, urgencia y, finalmente, en decepción.
El Leganés no tardó en dar el primer golpe. En el minuto dos, Iñaki Peña evitó un gol milagroso al despejar un remate de Munir, pero en el córner siguiente, Sergio González apareció completamente solo en el área pequeña para cabecear el 0-1 en el minuto cuatro. La incredulidad se apoderó de Montjuïc.
Nadie podía imaginar que el Barça repetiría el colapso vivido en su anterior partido en casa, cuando Las Palmas se llevó una victoria inesperada. El Leganés, un equipo que no había ganado como visitante esta temporada y rondaba el descenso, no solo resistió, sino que logró lo impensable.
El protagonismo en el resto del partido fue de Marko Dmitrovic, el portero del Leganés, que desbarató claras ocasiones de Raphinha y Lewandowski con intervenciones espectaculares. A medida que él se agigantaba bajo los palos, el juego del Barça se hacía más pequeño y previsible.
En el descanso, aún quedaba esperanza de remontar en la segunda mitad, pero el equipo mostró una impotencia total. Apenas generó un par de ocasiones, menos claras que las del primer tiempo, y nunca pareció encontrar soluciones al bloqueo defensivo rival.
Para colmo, Lamine Yamal tuvo que abandonar el partido con molestias, y nadie fue capaz de liderar un ataque ordenado junto a Raphinha. Así, el Barça consumó una nueva derrota en Montjuïc, mientras su liderato en LaLiga pende de un hilo, con el Atlético pisándole los talones y un futuro inmediato lleno de incertidumbre.