El FC Barcelona ha puesto punto final a casi un año de intensas negociaciones con Nike, culminando en un acuerdo de larga duración que se extenderá hasta 2038. Según informó RAC1, el presidente Joan Laporta presentó los detalles financieros del contrato en una reunión telemática con la junta directiva, cerrando uno de los acuerdos más significativos para el club catalán.
Hasta ahora, el Barça recibía 60 millones de euros netos anuales de Nike, con bonificaciones adicionales. Sin embargo, a partir de esta temporada y hasta 2028, el club verá incrementados sus ingresos en 45 millones de euros, con un total de 105 millones netos por temporada, de los cuales 35 millones son fijos y 10 millones corresponden a una prima de renovación.
La mayor parte de estos beneficios adicionales se consolidarán a partir del verano de 2028, cuando Nike elevará sus aportaciones hasta los 120 millones de euros anuales, distribuidos en 50 millones netos y una prima de 10 millones. Esto asegurará un flujo constante de ingresos hasta el verano de 2038, proporcionando una sólida base financiera al Barça.
Este acuerdo histórico también incluye una prima de renovación fraccionada, con Nike comprometiéndose a abonar 100 millones de euros en cuotas de 10 millones por temporada. Cabe recordar que la multinacional estadounidense viste al equipo desde 1998, siendo esta una de las alianzas más longevas en el fútbol internacional.
Además, esta entrada de capital permitirá al Barça ajustar su presupuesto de cara a la temporada 2024/25, con el objetivo de cumplir la normativa de LaLiga en cuanto al ‘Fair Play’ financiero y avanzar en las inscripciones de jugadores como Dani Olmo y Pau Víctor. Se espera que el contrato definitivo se firme en los próximos días, una vez que Nike dé su aprobación final.
Por otro lado, el Barça ha conseguido mantener el control total de Barça Licensing and Merchandising (BLM), la división responsable de la producción y venta de toda la indumentaria y productos oficiales del club. Esto significa que Nike no tendrá participación en los ingresos de BLM, un aspecto que había sido un punto de fricción clave en las negociaciones.