En una entrevista con L’Equipe de Francia, el exlateral y leyenda de Brasil, Roberto Carlos, abordó varios temas relacionados a su extensa y exitosa carrera, reconociendo que la vida de un futbolista no siempre es sencilla. Roberto Carlos fue uno de los laterales más destacados del panorama futbolístico mundial en su época. Durante su prolongada estancia en el Real Madrid, el brasileño transformó para siempre el papel defensivo de los ahora llamados carrileros.
En este sentido, el brasileño dijo: “Con Cafú tengo la sensación de que revolucionamos la posición de lateral, proyectándonos constantemente al ataque y no limitándonos a defender. En Francia, Bixente Lizarazu y Patrice Évra también siguieron este camino”.
Recordó su llegada al Inter de Milán en 1995: “No fue fácil al principio, con el frío, lejos de casa y con una hija pequeña, pero después de dos meses ya estaba adaptado. Tengo una mentalidad de gente de pueblo: siempre he estado dispuesto a superar cualquier dificultad”.
En Italia, sorprendió con su estilo ofensivo: “La gente no estaba acostumbrada a ver defensas tan ofensivos. Los referentes eran Paolo Maldini o Giuseppe Bergomi. Hablé con el entrenador y el presidente para que me dejaran ir, porque quería jugar como lateral izquierdo, el puesto para el que me ficharon”.
La llegada al Real Madrid
En 1996 fichó por el Real Madrid, donde se encontró con un equipo ambicioso junto a jugadores como Clarence Seedorf, Fernando Redondo y Fernando Hierro. “En 1997 ganamos la Liga, pero en el Real Madrid lo que realmente importa era la Champions, el legado de Puskas, Di Stéfano, Gento”. Además, confesó que siempre jugaba, incluso con molestias físicas: “Si tienes la oportunidad de vestir la camiseta del Madrid, no puedes rendirte ni decir que no”.
Sobre la era de los Galácticos, recordó con entusiasmo: “Me encantó ese momento, aunque había mucha presión y no ganamos tantos títulos como queríamos. Dondequiera que íbamos, nos recibían como estrellas de rock, especialmente en las giras de verano en China, Estados Unidos o Austria. Teníamos a los mejores jugadores en cada posición”.
Sobre la final del Mundial de 1998, reconoció: “Pensamos que ganaríamos sin problemas, pero Zizou marcó los únicos dos goles de cabeza de su carrera”. También mencionó el episodio con Ronaldo antes del partido: “Al principio pensé que bromeaba, pero luego entendí que iba en serio. Llamé al médico de inmediato. Ronaldo enfrentaba una presión enorme y, si hubiera estado al 100%, habríamos ganado”.
“Ronaldo me robó el Balón de Oro en 2002”
Sobre su segundo puesto en el Balón de Oro, comentó: “Siempre le digo a Ronaldo que me robó ese trofeo. Hasta la final del Mundial de 2002 era favorito. Pero ser segundo como defensa es un gran orgullo. Solo Beckenbauer, Sammer y Cannavaro lograron ganarlo”.